miércoles, 19 de septiembre de 2007

La vieja descalzadora

Ahora, como no tengo mucho que hacer, estoy tapizando una vieja descalzadora que la chica con la que salgo salvó de un cruel destino al que estaba sentenciada por su propietaria, una compañera suya que, a su vez la había heredado de su abuela, no sabemos si materna o paterna, peru abuela en definitiva. Aquello era como la chalupa del diario de abordo, una lástima. Se ha tirado en brazos de morfeo la friolera de 24 o 36 lunas en un rincón de la cuadra de mi automóvil y, por fin, al bajar a guardar el diario de abordo, recien finalizado, en el sitio de los trastes de dudosa utilidad, la vi y me dije : ¡ya tengo ocupación!
La estoy quedando niquelá y una vez casi terminada, según la miro me da un pálpito y pienso que, con algún retouqe más, podría pasar por otro tipo de sillón, de más altos cometidos que descalzarse. Yo la voy a poner de momento en mi salón, pero a lo mejor dentro de algunas lunas (bastantes) la dono para el patrimonio público del pueblo.
Tengo que enterarme si la donación se puede hacer con inquilino, por que si es así, ya tengo hasta pensado a quien sentar en tal trono antes de que el camión de la cuadrilla municipal se la lleve para el consistorio.
Oye, " a lo mojó" (como dice Zaplana), con la descalzadora hacemos mejor viaje que con la chalupa ¡quién sabe!

domingo, 16 de septiembre de 2007

Diario de a bordo ( no se qué entrega)

... Y así estaban las cosas finalmente, con cinco buques en la mar : el del pirata Barbarroja, que nunca llegaría a desembarcar, el de los dos filibusteros que pretendieron embarcar en nuestra chalupa como polizones, del que nunca volvió a saberse más que por los estrafalarios carteles que adornaban? la isla, la nave de la rubia que confiaba en hacerse con el castillo con nuestra ayuda, la del propio Barba Azul, que no se alejaba ni un instante del castillo y la nuestra; en la que posiblemente habian algunas vías de agua, entonces imperceptibles para el capitan y no se si para el contramaestre. Me contaron después las malas lenguas que algún mecánico nuestro en los astilleros trucó el palo mayor para que el velamen principal no pudiese desplegarse por completo. Ahora pienso si no habría más de un mecánico poniendo palos en el engranaje del timón. ¡Que le vamos a hacer!, nuestra Compañía es así.
De cualquier forma, y con esto ponemos fin a este diario, tras el naufragio de nuestra chalupa, sólo conseguimos introducirnos cinco miembros de la tripulación en la fortaleza de Barba Azul y ahí andamos, esperando cualquier descuido del pirata malo para, una vez transcurrido el periodo de gracia que solemos dar a los vencedores, empezar a tirar bocados.
Aunque si por este capitan fuese, en lugar de bocados, para lo que les he echado por delante al contramaestre, deberiamos empezar a envenenarles lentamente, con un sutil y eficaz veneno, de manera que cuando, dentro de cuatro años,volvamos a echarnos a la mar, su tripulación esté suficientemente neutralizada e incapaz de defender el castillo.
Nuestra nao, puesta a flote nuevamente a duras penas, está otra vez en los astilleros, y estamos reparando las vias de aguas y los desperfectos ocasionados en el naufragio. Y curiosamente en la Asamblea de trabajadores de los astilleros, algún mecánico insistió incansablemente en recordarnos el naufragio. ¡ Como si él no supiese que no pudimos desplegar las velas principales!
Las malas lenguas de nuevo, dicen que trabaja tambien en los astilleros de Barba Azul, montandole una feria en su barco. ¡Que se divierta!

FIN DEL DIARIO

Ya he vueltooo yo tambien

No es que no haya querido escribir desde el 7 de julio, sino que he estado de vaciones ( por dificil que parezca) casi desde entonces ( Ah, macho... haber estudiado y haber llevado 28 años ¿trabajando? en el SES, antes INSALUD). Pero no preocuparse, que raudo volvemos a la tarea. Ahí va otra entrega, je je je...