lunes, 29 de diciembre de 2008

¡Inocente, inocente!

Dudo que alguien haya leído mi post de ayer, día de los inocentes, pero por si alguno se ha aventurado sólo puedo decir : ¡Inocente, inocente!. En realidad, el Hospital de Navalmoral era la PLaza de Toros de Móstoles y el buitre leonado no era tal, sino un helicóptero. El resto una pequeña dosis de imaginación, que nunca nos viene mal y ganas de gastar una inocentada, que me temo que, por el tamaño de la trola, no haya colado. ( Para más información, pinchar en el título del post, je, je...). Para otro año, más.

domingo, 28 de diciembre de 2008

¡Que susto!

¡Si no lo veo, no lo creo! ¡Peázo de buitre leonado! Increíble. A cualquiera que se lo cuente pensará que se me ha ido la pinza. Pero "puedo prometer y prometo" que lo que voy a relatar aquí es tan real como la vida misma. Yo trabajo en la Farmacia del Hospital "Campo Arañuelo" y gran parte de mis 14 horas de aquellos domingos que me toca "pringar" en el curro, las paso sentado al ordenador, por culpa de un maldito programa de Unidósis, en virtud del cual y aunque parezca mentira , se manda toda la medicación de cada uno de los pacientes y "pacientas" que están ingresados en el Centro, distribuida en tres carros que, a lo largo del día, salen desde la botica hacia las plantas.
Para que esto, aparentemente tan simple, sea una realidad, previamente se necesita pasar al dichoso programa informático todas las indicaciones que ordenan los médicos a diario a todos los pacientes, así como las modificaciones que en ocasiones hacen sobre las mismas, a lo largo de la jornada. Dichas indicaciones médicas suelen venir escritas en una especie de arameo, en copia calcada, de forma que si eres capaz de traducir lo que en ellas pone, muchas veces el problema radica en que no se calcan suficientemente. Una obra de chinos, vaya.
Pues este proceso de traducción y transcripción al maldito ordenador, para que luego éste te dé los listados con los que poder rellenar los carros que parten hacia las Unidades de Enfermería con las medicinas de cada uno de los ingresados, te obliga a estar gran parte del día sentado frente al endemoniado aparato.
Pero, a lo que iba, delante de los ingenios informáticos tenemos unos enormes ventanales que dan al patio interior del establecimiento sanitario. Y para alegrarnos un poco la vista, entre prescripción y prescripción médica, en dicho patio echamos algunas migajas de pan todos los días, que luego recogen los gorriones arremolinándose en el patio a comerlas y así disfrutamos de los graciosos movimientos y piruetas de tan simpáticos animalitos.
Bueno pues hoy le ha dado un jamacuco en una de esas graciosas escaramuzas a uno de los habituales gurriatos,¡pobre!, mira, que penita... ver a aquel pequeño ser despanzurrado boca arriba y con los ojillos vueltos.
El caso es que nuestra pena pronto se tornó en terror.¡Dios, que susto, tú! De repente por encima de la azotea del Hospital apareció un horrendo animal, también alado, de considerable envergadura y con el cuello pelado. Sus alas si no medían tres metros de punta a punta no medían nada. ¡Qué miedo! En mi vida había visto nada igual. El hecho es que el horripilante bicho, tras evolucionar aleteando elegantemente, cogió el gorrioncillo finado y en una habilísima maniobra desapareció elevándose en un tris, tras la cornisa del Centro, tal como había aparecido.
La compañera de turno y yo tuvimos que pellizcarnos con fuerza los carrillos, para convencernos de que no estábamos soñando. No sé si la medicación de los usuarios del establecimiento habrá ido correctamente hoy, porque aún no hemos salido ni del asombro, ni del susto. Y el caso es que no lo ha visto nadie más del Hospital, pues inmediatamente comenzamos a llamar a todas las dependencias de éste para que alguien nos confirmase tan inusual visión.
El problema es que no se qué hacer, pues si llamo a National Geographic no se lo van a creer, lógicamente y además, si se lo creyesen, que lo dudo seriamente, no serviría de nada. Pues la pena ha sido no tener una cámara de vídeo preparada en ese momento o no saber poner con la suficiente agilidad el teléfono móvil en modo de grabación. De todas formas no hubiese dado tiempo, pues el episodio ha sido como una especie de relámpago, intenso y a la vez increíblemente rápido. Creo que llamaré mejor a Iker Jiménez.
Lo que es la crisis, que hace venir en un momento a un soberbio ejemplar de buitre leonado, imagino que desde su atalaya del Parque de Monfragüe, hasta el Hospital de Navalmoral a recoger una miserable pieza que llevarse a la boca. Y por cómo se la ha llevado, seguro que iba a repartirlo con su camada. El miedo que me da es de que cualquier día se tropiece uno y se caiga y, al momento, aparezca un pariente cercano del de esta tarde. ¡Que horror!.

jueves, 25 de diciembre de 2008

¿Vino Papá Noël? o la Policía Municipal

Toda la noche esperando a Santa, Papá Noël para los franceses o San Nicolás traduciéndolo al cristiano, para nada. Por que al final o no ha venido, o no me debo haber portado demasiado bien. Qué le vamos a hacer. Pero quienes han debido ir esta mañana temprano, sin duda, a todos y cada uno de los establecimientos públicos de este pueblo habrá sido la Policía Municipal o algún extraño piquete de Huelga General o algo por estilo, clausurándolos por un día, uno a uno, a la vista del fantasmagórico aspecto que ofrecía el lugar a media mañana. (Y a medio día y a media tarde...).
En verdad es alucinante recorrer la localidad tres días concretos del año: el día de Navidad, al menos hasta que oscurece, el día de Año Nuevo, este incluso hasta oscurecido y todo y el Miércoles de Ceniza o de Carnaval, hasta la hora de los fuegos artificiales.
Cualquiera de estos tres días que te des una vuelta por el pueblo, no encuentras ni al tato. Y menos aún, algún garito abierto. Me han contado hoy que hasta la Misa de Navidad estaba desierta esta mañana. Así que si te quedas sin tabaco vas dado, pues no encuentras donde comprarlo. Antes de la Ley, te ibas a las gasolineras, que eran de los pocos establecimientos que abrían, pero ahora, tras la dichosa Ley anti tabaco, ni eso. Pues las gasolineras ya no lo venden.
Así es que ¿a quien hay que recurrir? pues al "supermercado" permanente de siempre, cuyo nombre no cito para no meterle encima en un lío. Claro está que meterle en un lío por esto sería una broma, pues tiene otras cosas más gordas de las que preocuparse o, mas bien, preocuparnos a los demás. Bueno, sea como sea, hasta dicho establecimiento ha cerrado hoy durante un par de horas. Allí que me he presentado y ¿que creéis que me he encontrado?... un cartel en la puerta que decía "Abrimos a las cinco" (y eran las tres).
¡Qué pueblo!, nunca mejor dicho.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Estamos en Navidad

Vuelvo a romper mi silencio calculado. Estamos en Navidad, ¡que coño!. Y como me ha dicho un querido compañero de Juventudes "los rojos seremos diablos con cuernos y rabo, pero a celebraciones no nos gana nadie" en su capitalista SMS de rigor de estas fechas. Ala, a tirar la casa por la ventana. Ni crisis ni nada. Esa vuelve después del día 6, fecha en que los que nos hacemos monárquicos de conveniencia por 1 día, volvemos a ser republicanos. Aunque en realidad hoy, 24 de diciembre, somos anglosajones antes que nada.¡Nos vamos nosotros a perder a Santa!¡tú verás!. Como dice el compañero, ¡a celebraciones no nos gana nadie!. Y eso que no nos ha tocado la lotería, que si no... Bueno ahora en serio, lo que me fastidia sobremanera de estas fiestas, que no dejan de ser el paradigma del consumo y, por tanto, del recién demostrado fracasado capitalismo, es que parecen acaparar todos los buenos sentimientos hacia los demás y toda la solidaridad humana o más bien ¿debería decir caridad cristiana? en una quincena de días al año. Justo en estas fechas. ¿Que pasa?¿Que el resto del año no hay necesidades y la gente no carece de amor, paz... bla bla? ¿No hay infelices durante todo el año?. Mas bien, está claro,al menos para mi, que todos esos "sentimientos navideños" no son más que la auto justificación moral por imbuirnos del frenesí consumista de estos días.
Yo tengo la conciencia un poco tranquila (solo un poco) por que al menos, además de pertenecer a algunas ONGs durante todo el año, milito activamente para cambiar las injusticias de este mundo. (Eso si es que los Partidos Políticos de izquierdas aún son útiles para dicha lucha. Yo creo que sí, pero...)
Bueno ya está bien de profundas reflexiones y dejémonos llevar por la parte lúdica de las fiestas, que siempre viene bien. Por cierto, ¿sabéis que es lo que más me gusta de las navidades?. Pues que ya tenemos ahí al lado los Carnavales, que son mis verdaderas fiestas. ¡Salud para disfrutarlos! ¡Felices Fiestas en general!

lunes, 22 de diciembre de 2008

Otra manera de romper cristales

Antes de nada y para que no haya lugar a dudas, o interpretaciones torticeras, quiero dejar constancia de que estoy absolutamente de acuerdo con la teoría de Juan Carlos Rodriguez Ibarra, que ha dado nombre y gran parte de argumento a su ingenioso y ameno de lectura, "Rompiendo cristales". Estuve en su presentación no hace muchos días en la ciudad de Cáceres, a cargo del no menos ingenioso Alfonso Guerra (Definitivamente un monstruo). Estoy totalmente de acuerdo con Ibarra en que,a veces, si quieres que te escuchen y que sepan de tu existencia, necesitas romper algún que otro cristal. No cabe duda.
Pero al margen de lo anterior, hay veces que puedes igualmente romper cristales con el más absoluto de los silencios. Sobre todo, si tienes acostumbrada a la gente a opinar sobre esto y aquello. Eso es lo que yo pretendo, evidentemente de manera mucho más humilde que ellos, pero no por esto, menos contundente.
Por si alguien aún no se había dado cuenta, vengo manteniendo un calculado silencio en este insgificante cuaderno, tan solo roto ahora para explicarlo, por que, en definitiva, lo que pretendo es llamar la atención de quienes ellos saben muy bien a quienes dirijo este silencio.
No he estado demasiado ocupado, todo lo contrario. Ahora me sobra tiempo hasta para aburrirme. No he estado callado porque no tuviese qué decir, sino más bien por que tendría mucho de que hablar, mucho que reprochar, mucho con lo que mostrar mi total disconformidad y bastante, por tanto, que criticar.
Que nadie se llame a engaño. El que este no sea provablemente el lugar más indicado para hacerlo, no quiere decir que no tenga millones de motivos para, a lo mejor, algún día, en el sitio adecuado, llevarlo a la práctica.
Este método de romper cristales, "con sordina", como diría Gila, tiene además la ventaja de que habrá quienes se piensen que puede que me refiera a ellos y seguramente no sea así. Otros, ni se darán por aludidos, pero alguien sabrá que debieran darse. De lo que estoy seguro es de que, todos cuantos piensen que de una u otra forma me la han liado, o nos la han liado, se sentiran aludidos. Mi silencio va por ellos.