martes, 19 de agosto de 2008

No es facil

Hace ya más de una semana que regresé de mis mini vacaciones galaicas, dando así por concluido hasta última hora, mi periodo ocioso estival por este año. Y digo hasta última hora por que regresé un sábado a las 12 de la noche y comencé a trabajar el domingo a las 8de la mañana. Mejor aprovechadas imposible.
Previamente estuve un par de veces por tierras peperas, interrumpiendo la playa y la luna de Valencia para asistir a los congresos, pues 45 días de ocio dan para mucho. La verdad es que este año tengo la sensación de haberme tirado todo un año sábatico, en lugar del mes y medio que en realidad ha sido.
Yo siempre he sido partidario de apalancarme en un único sitio la mayor parte del tiempo, pensando que de esta forma cunden más. Pero lo cierto es que quizás esté en un error en cuanto a dicha teoría, pues este verano, al cambiar de lugares y ambientes, ciertamente me han parecido más largas; que es en definitiva de lo que se trata.
En cualquier caso, durante todo este tiempo he tenido un sentimiento de cierta culpabilidad, al tener abandonado este blog desde mediados del mes de junio (estamos a finales de agosto). Mis intenciones eran que entre Valencia y Valencia y, después, entre congreso y congreso, ya tendría tiempo de parir algún renglón. Pero la pereza ha sido infinitamente más fuerte que mi primera idea.
La pereza, cierto, pero tambien la sensación de desinflado, astío y/o aburrimiento que me dejó el último congreso al que asistí, allá por finales de julio, al comprobar que lo que parecía iba a ser de justicia, al final no llegó a materializarse.
Bien es verdad que en el conclave de la semana anterior a éste último, sí se produjo lo convenido. Pero claro, de la esperanza de que se cumpliesen los compromisos adquiridos para ambos acontecimientos, pasé a la decepción de ver como sólo se llevaba a la práctica la primera parte de lo apalabrado. Y así, ciertamente, es muy dificil escribir. E incluso peligroso, por que en el zenit del cabreo se te ocurre cada idea... como para plasmarlas por escrito. De esas de las que puede que después tengas que arrepentirte.
No obstante, el día de mi regreso de Galizia, por el camino venía pensando en coger inmediatamente la pluma y remediar en lo posible tan dilatado periodo en blanco. Sin embargo, una vez aquí, dije... "bueno, ya escribiré cuando tenga ganas" y hasta hoy, creanmé, no las he tenido. No es fácil.