domingo, 17 de enero de 2010

¿Crisis global?, ¿de fe? ¿o de humanidad?

De Ahití mejor ni hablar. Otro "holocausto" más de los muchos que desgraciadamente se han producido y se producen en la historia del Planeta, para vergüenza de la humanidad entera y en concreto y sobre todo, del "mundo civilizado". En este caso el brazo ejecutor de tal desastre ha sido la naturaleza, que en ocasiones es realmente cruel. Pero quienes hemos preparado el terreno, o mejor dicho, quienes no lo hemos preparado para que las consecuencias de un desastre de semejante magnitud fuesen similares a las que podrían producirse por ejemplo en Japón en iguales circustancias, hemos sido nosotros. La especie humana "desarrollada" y las "democracias avanzadas", que andamos ahora inmersos en cuestiones "tan importantes" para esa pobre gente como que si los dueños, directivos y ejecutivos de los bancos deben cobrar o no nuevamente gratificaciones millonarias, a costa de las inyecciones económicas de los Estados para sostener el sistema. Es decir a costa de todos nosotros, los contribuyentes. O si para salir de la crisis hay que abaratar el despido o por el contrario mantener e incrementar las prestaciones sociales (como por suerte se está haciendo en nuestro país).
Estas cuestiones y otras muchas, que yo no digo que no tengan la importancia que para nosotros deben de tener, a los haitianos y a otros muchos parias más de todo el mundo, les deben de sonar a chino, si es que tienen la oportunidad de enterarse de que existen. Para ellos, nuestra crisis globalizada, mundial o como queramos calificarla, es un juego de niños al lado de la verdadera Crisis que sufren y padecen ellos, en Ahití ahora agravada por la tragedia, pero no creamos que mucho mas leve antes del terremoto.
Y lo que es más grave e intolerable es que esa verdadera crisis que sufren, más que de ellos, es nuestra. ¿O acaso no es realmente una crisis el que desde "el mundo rico" permitamos que millones y millones de personas vivan en las condiciones en que viven?, bueno... ¿vivan...?.
Pero tranquilos amigos, que no debemos preocuparnos de tan nimias cuestiones, ya que lo verdaderamente preocupante, según ha dicho monseñor, no es esta ni otras muchas catástrofes. Lo que dice que debe preocuparnos, es la hecatombe que supone en la piel de toro la pérdida de la fe católica ¿no?.
Bueno, pues yo en parte estoy de acuerdo con el jerarca, solo que donde él dice fe, yo digo justicia social para allende las fronteras del "mundo desarrollado", solidaridad, humanidad, valores morales (que no morados cardenalicios) etc., etc.
Hubo una época en la historia de la humanidad en que parte de la Iglesia, seguramente por razones espúreas, eso sí, luchó por estas cosas en ultramar, aunque de paso hiciesen proselitismo. Ahora ya ni eso, salvo honrosas excepciones (que también las hay).
Desde luego yo me quedo mucho más tranquilo después de escuchar las reflexiones del prelado, que por otra parte, me da la sensación de que lo que quiso decir era más o menos lo que aquí estoy diciendo yo, solo que le traicionó el subconsciente y afloró su corporativismo católico.
En cualquier caso tiene razón en que el terremoto es lo de menos. Lo verdaderamente importante y vergonzoso (y esto ya lo digo yo) es la catástrofe que sufren muchos seres humanos, incluso sin necesidad de cataclismos naturales.
No obstante los moralos podemos dormir tranquilos, que ya ha propuesto la concejala de ¿bienestar social? (la misma que filtró a los buitres lo de las jornadas del Consejo de la Juventud) que se aprueben 7.000 euros (7.000) para paliar la catástrofe haitiana. ¡Menos da una piedra! ( y sobre esta piedra...).