martes, 17 de junio de 2008

Pronto lo veremos

Cuentan que en unos Carnavales de Navalmoral de hace muchos años, hubo un conocido moralo disfrazado de cura (o de obispo) que, con un hisopo, iba rociando a todo el que se cruzaba con él. Y mientras mojaba al personal, decía: "mañana lo veréis" "mañana lo veréis"...
El truco estaba en que lo que repartía con el difusorio, en lugar de agua bendita, era oleo. Y efectivamente, la gente lo vio al día siguiente, pudiendo comprobar entonces las pringadas del rociado en sus vestidos.
Pues bien, el próximo fin de semana veremos finalmente a quienes ha ungido con su hisopo, en este caso un gallego, que haciendo honor al tópico, aún no sabemos si va o viene. El cuento, que empezó siendo tan divertido, está próximo a concluir. Pero...¿definitivamente?. O simplemente ¿continuará cual serial televisivo? Yo creo que todo va a depender de la capacidad real del gallego para contentar a sus barones, consiguiendo relegar a los de más rancio abolengo sin que se cabreen en exceso e innovar con nuevos señores, sin que éstos sean demasiado significativos, como para levantar las iras de los primeros.
Talmente que un verdadero encaje de bolillos.
Una vez despejada la duda de si iba a ver señoríos díscolos que presentasen su propia alternativa, lo que parece no va a ocurrir finalmente, ahora la cuestión es si tendrá la suficiente habilidad y la necesaria sensibilidad, como para zanjar el asunto candidaticio definitivamente o, al menos, hasta los próximos comicios. Porque puede haber en el inminente cónclave popular, algún que otro lagarto (o lagartija) que se haya echado las cuentas del chino: sentarse en la puerta de su castillo a esperar que por delante pase el cadáver de su enemigo. O lo que aún sería más duro para el emperador, algún camaleón, que adopte el colorido requerido ahora, para en el congreso preelectoral, abandonar su camuflaje y adoptar su propio color, distinto al del gallego.
El próximo fin de semana lo veremos. De momento me han dicho que las vendas y tiritas, así como el soldador de estaño para intentar restañar las heridas existentes, forman parte primordial del ajuar del congreso.