domingo, 3 de enero de 2010

Desde el año pasado

Bueno, dejándonos de bromas, habrá que escribir una nueva entrada, pues no lo hago desde el año pasado y como esta es, por lo tanto, la primera del año que escribo, quiero antes de nada desear a quien pudiera leer estos insignificantes pensamientos en voz alta, toda clase de venturas, mucha suerte, abundante salud y algunas dosis de felicidad (las máximas posibles) para hogaño.
El año ha comenzado lloviendo, que era uno de los bienes que empezábamos a necesitar más que el comer, si cabe. Que siga haciéndolo abundantemente, pues al parecer, aún es poca agua, según los expertos. En cualquier caso seguro que es mucha ya, aunque aún no suficiente, dicen.
Lo dicho, que llueva todo lo que pueda y a ser posible que en carnavales, para los que falta mes y medio escaso, deje de hacerlo, por favor. Yo ya he empezado la cuenta atrás para lo que son mis fiestas preferidas y para poder divertirnos y que sean lucidas dichas fiestas, es menester que no llueva. Dicen los moralos que "haga todo el frío que quiera, pero que no llueva". Yo digo que ni siquiera haga mucho frío, ya que también es importante poder andar por la calle sin aterirse por las gélidas temperaturas que se dan en ocasiones en tales fechas, tan solo comparables a las de las cenas de empresa de Navidad. La diferencia está en que en estas te abrigas todo lo que quieras y si eres listo, no te meneas del primer sitio en el que hayas encontrado hueco. Mientras que en Carnaval, solo puedes abrigarte lo que te permita el disfraz, que, por otra parte, no puede ser excesivamente abrigado si quieres bailar en las casetas y huches carnavaleros. Y además, en esas fechas si que hay que andar por la calle, aunque solo sea de caseta en caseta. Eso es el Carnaval, al menos en Navalmoral.
Aún no se de cuantas guisas me voy a disfrazar este año, pero ya me estoy relamiendo. Me gustan más que a un tonto un lápiz. ¿Se nota mucho?
Uno es placentino, a mucha honra y mucho me gustaban las Ferias de Plasencia, fiesta grande de esa villa, Pero una vez conocí el Carnaval moralo, hace la friolera de veinticinco años, me dije para mí : ¡Esta es mi fiesta!.
Y tiene en realidad mucho sentido. Verán, las Ferias de Plasencia, sin querer desmerecerlas lo más mínimo, tienen un carácter un poco más excluyente, pues donde está el ambiente es en las casetas de las Peñas, de las que obviamente tienes que ser socio o ir invitado por uno de ellos. Un poco como en Sevilla. Las casetas del Carnaval de Navalmoral, en cambio, están abiertas a todo tipo de público y lo único que necesitas para divertirte es ir disfrazado. Pero si no lo vas, no pasa nada. Bueno nada... te dan la murga bien dada los conocidos parapetados tras su máscara, pero lo mismo que la das tu a quienes conoces y no la llevan.
Se me está haciendo la boca agua, solo de pensarlo. Lo dicho, comienza la cuenta atrás, si queréis, nada más pasen los reyes y se den por finalizadas oficialmente las fiestas navideñas.
Ya resuena en mis pensamientos "Carnaval, carnaval..."

No hay comentarios: